Después de tantos años.
A todo el mundo le gustan las historias de redención. Si no fuese así, no se explicaría el éxito de este tipo de narraciones en los Oscars de cada año. De Rocky al Discurso del rey, de Mi pie Izquierdo a The Fighter.
Debe ser por ello que, de tiempo en tiempo, se emite un pequeño documental sobre qué les sucedió a los chicos de Verano Azul, que, por si no queda claro, se emitió hace 20 años y, aunque le parezca lo contrario a la mente despistada, solo contaba con 13 episodios. La repercusión mediática fue desbordante en su momento.
Ya que la vida no suele imitar al arte, aunque les cueste creerlo, ninguno de los chavales del veraneo en Nerja ha tenido el gusto de ser depositario de todo un recorrido de redención. Sin embargo, tal y como se cuenta en el documental, sí que se puede establecer una línea ascendente desde los infiernos de «aquellos que no supieron lidiar con la fama» hasta los otros que, sabios y afortunados, se recondujeron como ciudadanos ejemplares y ejemplarizantes. Un autético verano de redención.
La fama, como todos sabemos, es una pesada carga que solo unos pocos pueden llevar a sus espaldas. ¡Oh, de aquellos poderosos pélidas que en sus poderosos hombros sostienen el peso del mundo! Lo único que los demás podemos hacer es observar su brillante resplandor desde lo lejos, cantarle alguna canción (como el pájaro de Bizancio) y, a lo sumo, tocarla durante esos 15 minutos de Warhol. Y tras sentir la fama en vuestras blandas carnes mejor volved, volved a vuestros hogares con l@s mujeres / maridos; cerrad las ventanas y las puertas, olvidad que un día estuvisteis allá arriba, pues solo ellos están preparados para la fama.
PD: Parece ser que en algún dispositivo móvil no acaba de verse el video. La próxima vez lo subiré en otro formato a ver qué tal.
Muy buen comentario.
ResponderEliminarEs curioso cómo nos choca ver a los chicos de Verano azul de mayores y descubrir que casi ninguno de ellos ha seguido dedicándose de alguna manera a la televisión, porque es algo a lo que no nos tienen acostumbrados.
No es extraño preguntarse: ¿y por qué no siguen explotando esa faceta de su vida vendiéndola a tantos programas que hay "del corazón"? Si los del Gran Hermano pueden seguir viviendo de comercializar la breve experiencia que sufrieron dentro de una casa prefabricada durante unos pocos días (o meses el que más), ¿por qué ellos no actúan del mismo modo?
Y lo que podría decirse que es lo normal (pasar página y continuar con la vida) es lo que nos parece extraño, al estar acostumbrados a que tantos desconocidos vivan cómodamente por haber salido en la televisión algún tiempo, o haber mantenido una relación con alguien que ha salido en ella.
Muchas veces, si no nos detenemos a reflexionar caemos en su juego y cambiamos nuestra forma de ver el mundo adaptándonos a lo que unos pocos nos dictan sutilmente.
Es necesario que paremos a observar y a pensar.