Analogías con olor a alcanfor sobre la Bllitzkrieg
Pensaba hacer un comentario rápido al respecto en Facebook, pero dado que hace tiempo que no actualizo el blog, voy a extenderme, a mayor gloria de la pérdida de tiempo.
Mi propia idea sobre lo que ha pasado, aunque coincidente, va por otro camino.
Para saber qué pasa en España lo mejor es leer la prensa deportiva. En serio. El artículo de hoy en lo que antes era el referente del "progresismo" sobre por qué ganan los equipos alemanes podría estar en cualquier otra sección; además, radiografía los intereses de la izquierda (tal vez) o sobre cómo debería dirigirse el país quieren que esto vaya para algún sitio que no sea el apocalipsis: apostar por el desarrollo en lugar de malgastar el dinero en burbujas que permiten el lucro desaforado de personajes concretos pero que no crea futuro.
Hace tiempo que la Liga española está rota. Aquí manda Madrid y Barcelona, punto. Los demás son meros comparsas, púgiles de segunda que, de vez en cuando, dan un susto a uno de estos grandes, más que por su capacidad futbolísitcas por el hastío cada vez menos disimulado de estos dos equipos por superar el trámite de tener que desplazarse a jugar. Esta temporada, el Atlético de Madrid ha superado todos sus logros pasados. De hecho, la temporada del doblete hizo peores resultados que los actuales. Pese a ello, está condenado al tercer puesto. Con suerte muy cerca del Madrid. Punto. En España hay dos partidos que importan. Madrid-Barsa, Barsa-Real Madrid. Como en este pais somos muy de autonomías, supongo que para muchos también le importará bastante cuando juegue el Deportivo de la Coruña o el Bilbao... Pero las camisetas las venden estos dos. El control es suyo. Equipos malacostumbrados y mimados, pues son la niña bonita de autonomías y demagogos que ven la oportunidad propia en el bolsillo ajeno. Parece que la Liga la rompió Florentino cuando pagó tanto por un señor que el resto de clubes se volvieron locos y los futbolistas, como las casas tenían un valor que tarde o temprano pasaría factura al resto de actividades. No tardó, claro. Casi todos los equipos andan ahora con el agua al cuello, siendo rescatados por Comunidades Autónomas que no pueden salvarse a sí mismas tras el despilfarro, la desvergüenza y el saqueo al que nos hemos visto sometidos. Pero claro, ¿cómo puedes dejar hundirse al equipo de fútbol de tu ciudad? Antes te quito A TI de comer que dejar que se hundan estas instituciones. Los equipos, a cambio, venden de saldo a sus grandes-pequeñas estrellas, que pasan a engrosar las filas de Madrid y Barcelona, donde, por lo general chupan banquillo.
Por fortuna para muchos de estos futbolistas, el gasto desmesurado en esta actividad dio sus frutos en una generación extremadamente preparada. Cuando era crío, a parte de Martin Vazquez (infame jugador) pocos llegaban a salir de entre nuestras fronteras a ganarse la vida en otras ligas mejores (en tanto que competitivas), ahora es algo común el abandonar el país en busca de fortuna en Inglaterra, Alemania y Francia. Países que, por otra parte, han saneado y equilibrado sus presupuestos y gozan de ligas de fútbol en las que casi todos pueden optar al título. O sea, que irte te garantiza una oportunidad, o por lo menos la oportunidad de demostrar que vales. Si te quedas aquí, mejor enciérrate en tu terruño, porque como vayas a la capital vas a chupar banquillo.
Y llegamos con todo esto a las noches en las que equipos con presupuestos que podrían mantener a los 6 millones de parados se enfrentan contra dos equipos alemanes, que tampoco andan cortos en eso, y los teutones les meten cuatro goles como cuatro soles. ¿Futbolistas mercenarios? No, no. ¿Menos millones y más cojones? Podría ser, que en España somos mucho de usar esa expresión y de poner cojones a la tortilla, pero no. Tampoco es cuestión de recurrir a la analogía de Poli Diaz cuando se enfrentó en Las Vegas a Pernell Whitaker; Poli era un matado venido a más, el Madrid y el Barcelona son equipos de verdad. Ahora bien, como Poli Diaz, están malacostumbrados. Normalmente son ellos los que meten 4 goles y no al revés. La Liga de Campeones, que es otro de estos inventazos de la FIFA para ganar dinero, suele cruzar equipos buenos con mediocres hasta que no queda más remedio. O sea, que el Paris Saint-german y compañía van allí por ir y tramitar hasta llegar, como poco a octavos de final, donde, más o menos, los cruces sugieren algo de buen fútbol. Y es ahí donde vemos cómo anda el panorama internacional. Cuando la vergüenza española aflora. En los cuartos rozaron el ridículo; en las semis, se vio lo que aquí, en este trozo de tierra que se pensaba primermundista, está pasando.
A la vuelta, me parece que este martes, a lo mejor alguno de ellos hace la heroica y acaban dándose un baño permitido por las fuerzas del orden y de la seguridad del estado en las fuentes de Canaletas o Cibeles (y después destrozando un poco el mobiliario urbano, ¿por qué no? fin de cuentas). Y todo olvidado. Pero no, el poso de hundimiento generalizado seguirá existiendo, persistente, creciendo en las entrañas de un sistema absolutamente corrupto y desmedido.
Ayer 6 millones de parados. Más de un 57% de paro juvenil. Se olvidan que el resto hasta cien son trabajos precarios. Y así andamos.
Pero con muchos cojones, eso sí.
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