Sobre los malos de James Bond
Esta entrada es particularmente trivial, pero la tengo en borrador ya desde hace demasiado tiempo. Va sobre el nombre de James Bond y los malos de las pelis de 007.
Tenía Fernando J. Martinez (en este blog solo cito a dos personas, por cierto, o sea que rastrear mis fuentes e ir al original no os resultará dificil) una propuesta sobre James Bond que a mí me resultaba interesante. No sé si salió de él, pero era el típico comentario que llevaba su firma. James Bond no debía ser un nombre verdadero.
Antes de continuar con la cosa advierto que odio a James Bond. Me encanta el Casino Royal de Daniel Craig, pero ni Sean Connery, ni el de la falda escocesa que se casa, ni el participante de ¿Qué apostamos? Roger Moore, ni Timothy Dalton, ni Pierce Brosnan me han importado un carajo. De ¿cuántas? veinte o treinta películas las hay buenas, claro. Recuerdo positivamente Goldfinger. Y las cabeceras pues tienen temazos (incluso el Live an Let die del Maccarney molaba, película en la que, por cierto, Yaphet Kotto era el malo, una especie de hougan vodooo... Una mierda vamos). Pero las hay muy muy malas (Moonraker). A parte de esto detesto a James Bond. No me da ninguna envidia, creo que merece un tiro en la frente. Siempre esperaba que alguno de los malos se lo pegase en lugar de marear la pava y dejar que se escapase. Coño, pero ¿cómo se puede ser un espia con ese rollo que se gastaba? ¿Cómo es posible que un agente doble cero al que le preguntan cuál es tu nombre le responda con su nombre de verdad? Los malos son tipos que quieren conquistar el mundo, mayormente, y son incapaces de reconocer al agente británico al servicio de su majestad más famoso del mundo? Normal que pierdan. Se lo tienen bien merecido. Es por esto que Fernando llegó a la conclusión de que James Bond debía ser un nombre falso.
Creo que nos dejamos llevar por las películas sobre Bourne Identity. Tiene bastante lógica. Si estás a un alto nivel de superespionaje en el que trabajas de campo lo normal es que tu nombre sea un nombre en clave -no tu verdadero nombre. Pero, además si eres un asesino, lo justo es que ni siquiera tus compañeros de trabajo conozcan cómo te llamas. Es una cuestión práctica. Así como el jefe de inteligencia se llama M y punto, pues los agentes de campo igual. Se supone que todo lo que hace James Bond son Black Ops. Si te pillan, nadie va a dar la cara por ti poruqe eres un maldito terrotista de estado y asesino a sueldo. Lo normal es que no te llames Bond, James Bond. Y más cuando cada tres o cuatro pelis el personaje lo coge otro. Si fuera como en Doctor Who todo tendría sentido. Pero no, resulta que él se llama James Bond. ¡Me desespera! si es que hasta Sonny Crockett de Miami Vice se llamaba Sonny Burnet cuando iba de incognito.
La segunda cuestión es más inquietante pero, seguramente, más trivial. Como puede uno suponer sin pensar demasiado, los malos de james bond no suelen ser ingleses. Ha tenido malos británicos, sí (como el escoces Robert Carlyle) normalmente de lugares secesionistas, incluso algún inglés que pasaba por ahí. Pero por lo general siempre la amenaza viene de gente culta, que va en Ferrari o en Zeppelin (Panorama Para Matar, esa sí que merece toda una entrada) y que no son Ingleses.
En los sesenta setenta mucho ruso camuflao, en los ochenta mucho yanky malo, etc. Pero resulta que en estas últimas pelis, las de Craig, apuntan fino por fin. Caricatos Eurpeos. Lo de Bardem es algo que no tiene nombre. El personaje de Le Chiffre (Mads Mikkenlsen, Danés él) fue de los más complejos. Más que por el guión, por la manera de interpretarlo. Mikkenlsen es un actor de otro planeta (Jagten es un ejemplo de lo que puede dar). Los malos de james Bond son cada ve más parecidos a los de Dick Tracy (la película esa de mierda con Madonna y los comics). En Dick Tracy, como era habitual en el tebeo de la época, a los malos se los distinguia porque su fealdad. De otro modo, lo feo de dentro se reflejaba en lo feo de fuera. No era una idea nueva, por supuesto, pero creo que desde la frenología la gente se creyo bastante eso de que un craneo un poco grande por la derecha pues equivale a que eres un violador.
Mi propuesta es que ahora los malos somos nostros los del sur. Recordemos que el actor es danés pero el personaje es francés. Como el malo de la siguiente. Y el último es claramente español, aunque no interprete a uno.
Destaca que aún no haya árabes malvados. Si algo se le debe reconocer a estas películas es que los malos son tan cultos que ni miran para Oriente Medio. Debe ser que allí la gente es imbecil o no monta en Zeppelin. Pero todo se andará.
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