Calendula - El juego al que no se puede jugar
"A
veces tener que vender un producto perjudica las expectativas sobre su
contenido. En el caso de Calendula, la lacra de los juegos de sustos (atentos,
que ahora se les llama jump scare; en
fin) y ese ambiente que crea solo puede venderse como un juego de terror,
porque en caso contrario corres el riesgo de destripar la sorpresa final.
Porque Calendula, el juego que no quiere ser jugado (y esa sà es una buena
frase que utilizaron en Blooming Buds para vender tu producto), no es un juego
de horror, a no ser que usted piense que la vida es un horror. En cuyo caso, este
lo es. Sin embargo, al analizar Calendula desde su final, nos permite entender
claramente que las intenciones de fondo del producto son crear un ambiente que
reproduzca una especie de estado intermedio entre la vida y la muerte, y no que
saltes del asiento."
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