300 entradas: Ni esto es Esparta ni ese Johnny Depp
Celebro (me celebro) las 300 entradas del
blog. Acostumbro a hacer broma cada 100 entradas, lo que significa que los
chistes suelen llegar cada dos años.
Comencé el blog de una manera activa en
el 2011, justo un par de meses antes de que empezase el 11M. Han pasado 5 años
y muchas cosas (demasiadas). Buenas, muy malas, regulares y, en fin, muy malas
(again). Durante este último año la información del blog giró hacia los
videojuegos. Tiene sentido. Desde que comencé a publicar cosas en webs como
Anait, Antihype o Zehngames decidí que sería bueno que copiase la información
en mi blog. Por una parte daba difusión a esta herramienta del pasado, por
otra, podía llevar la cuenta de lo que escribía (cosa que ahora me viene muy
bien para saber qué hice y cuándo).
La cosa está en que desde hace unos meses
este blog pegó una subida sustancial de visitas. De unas 15 al mes en 2011 pasó
al pico de 2.300 de hace dos meses. Son cantidades ridículas si las comparamos
con cualquier publicación medianamente buena en entradas (de hecho 2000 suelen
ser las visitas mínimas por entrada y ¡yo estoy contabilizando por mes!). Esto
significa, por una parte, que me alegro mucho de que se vea más (espero que
también se lea más) pero, por otra, que tampoco nos vayamos a venir arriba como
si hubiese inventado la pólvora. Me siento como el tipo que se cree famoso solo
porque se parece a otro que sí lo es.
Se parece más a Pablo Motos que a Lobezno. |
Nunca estuviste con George Clooney |
No estás con Johnny Depp. |
Un clásico de cómo añadirte en fotos con famosos |
No estoy con Matthew Mcconaughey |
En la era de la imagen en la que todos
queremos de una modo u otro imagen, las fotos falsas con famosos (o confundir a
un famoso con otro) son, tal vez, la muestra más ridícula y más acertada de lo
que es el panorama del mundo “civilizado”. Unos falsean fotos, otros se equivocan, otros hacen parecer que se han equivocado.
Pero cuidado con ridiculizar a los
protagonistas, estas imágenes son la total inversión de los términos clásicos
de “caza a un famoso” para tenerlo como trofeo. No, es más bien al revés: “el
famoso va a tener la oportunidad de estar en MÍ Instagram”. No queda claro
quién es el que fotografía y quién se deja hacerlo. No se sabe quién confunde
qué porque todo, en realidad, es confusión. ¿Importa que este tipo sea Johnny
Depp o que tenga 10.000 me gusta aunque todos (incluido yo) sepa que no lo es?
Cada vez que miro por la ventana veo el
mismo mundo de cuando era pequeñico. Han cambiado las farolas, el pavimento y
las aceras, pero en el fondo es igual. Como cuando mudamos las células: en 15
años somos completamente nuevos en lo físico, pero hay algo, un nosesabequé,
que hace que nos percibamos como lo mismo. Sin embargo, el mundo ya no es lo
que era. Siempre fue complejo, pero cuando naces en el entorno acabas por
conocerlo. Cuando te haces más mayor cruzas un río en el que dejas bastantes
cosas atrás. Una de ellas es la total renuncia a comprender toda la complejidad
de la realidad. Entre esas cosas están cómo cierta tecnología opera en las
nuevas construcciones de la identidad, la sociedad y el mundo que se habita.
Las prácticas culturales alrededor de la tecnología se convierten en opacas. No
acabas de comprender del todo el fenómeno de los youtubers, o qué narices es
esto del trap, por qué la gente discute poo Twitter (o quiere ser relevante en
Twitter) u otras cuestiones mucho más sutiles.
Se escapa la realidad por los huecos de
entre los dedos.
Mientras esto sucede, seguiré con lo mío.
Así que me digo felicidades, como cada dos años, y que espero que siga
escribiendo por muchos más, a ser posible mutando para parecer otra cosa aunque
en esencia esto siga siendo un “largo lamento de decepción y miseria”.
¡Felicidades en cualquier caso!
ResponderEliminarGracias, majo!
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