La confusión de Kurgan (o cántico a Globus y Golan)
¡Pero qué tumbao que paseas Victor,
Hijo de Pytr, hijo de Yuri,
Señor de los Kurgan!
Casi mil años de swag,
¡Solo puede quedar uno!
¡Ay, que no entendiste el punk!
Como un arribista más, te apuntaste,
Tú, un señor guerrero,
como un esclavo de la moda.
Cómo se rió Hegel de tu incapacidad
para superarte.
Ser un malvado del cine de los ochenta
no es cosa fácil.
Serpentear la lengua obscena y creer
que las monjas sabrán de la referencia
Bíblica
poco dice sobre tus lecturas estos años.
¡Cómo ríe el Escocés!
¿A qué lamerle la mano a un cura?
(¿a qué sabe un cura?)
¿Ese es tu concepto de la maldad?
(a mí me describieron así)
“La raíz del mal son las tachuelas,
las crestas, y el Dios salve a la Reina”.
Ahí estás, el príncipe del Universo,
Eso eres, luchando por sobrevivir.
Pero perdiste el paso.
¡No, no fuiste tú Kurgan!
Échale la culpa a Globus y Golan,
que vieron en todo lo que ellos no eran
caos, degeneración.
Eres el (puto) rey del Universo
¡Solo puede quedar uno!
¡Ay!
¡Cómo ríe el Escocés!
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