El mito de la objetividad en la crítica (de videojuegos)
"Si usamos “imaginar” de forma intuitiva como “formar imágenes en
la mente”, existen objetos que escapan a la imaginación (aunque esta manera de
describir “imaginar” es muy cuestionable y bastante incorrecta; sería más
adecuado decir representar, así no tendrían
que ser necesariamente imágenes, porque de lo contrario un ciego, en este
sentido, sería incapaz de imaginar). Por ejemplo, un Chilágono, una figura
geométrica de mil lados, no se puede representar mentalmente como imagen. Sin
embargo, el Chilágono no escapa a la razón: podemos conocer las reglas
matemáticas que rigen la construcción, la medida de sus ángulos o el volumen de
esta figura. En cambio, un círculo que sea un cuadrado no solo es inimaginable,
escapa a la razón. Dicho esto, cuando a un crítico (de videojuegos) se le dice
que debe ser objetivo, ¿qué se le está pidiendo? ¿que razone un Chilágono o que
represente un círculo-cuadrado? De otra forma, ¿se le pide hacer un encaje de
bolillos posible o se le interpela para que logre conseguir una figura
imposible?
Podemos llamar mito
de la objetividad a dos ideas generalizadas que se contraponen: (1) el crítico como científico: Los objetos
culturales pueden ser descritos de forma objetiva, así el crítico puede
posicionarse “desde fuera” como lo hace el científico; (2) el crítico como opinador: la crítica de objetos culturales solo
puede ser subjetiva, pues las experiencias estéticas son experiencias personales
y únicas. Aunque no lo crean, casi todos aceptamos de manera simultánea (1) y
(2) sin contradicción aparente, cuando, en realidad, se trata de una paradoja
insalvable. ¿Estamos todos locos? ¿no
será que existe un enorme malentendido sobre cuál es el papel del crítico?
¿o solo se trata de un error en el uso de los conceptos?"
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