The Last Guardían - ser imperfecto
En la segunda parte de Ghost in The Sell
(Innocence) Batô, el fiel compañero de la Mayor Motoko Kusanagi, se ha quedado
con el perro de esta última después de que pasase a mejor vida. El perro es un
basset hound bastante bonachón. Resulta que ese perro es el mismo que el que
tiene (o tenía) Mamoru Oshii a su cargo. La obsesión del director japonés con
su perro es más que evidente: sale en todas sus películas. Sea como fuere Batô
sirve de comer al perro en un tazón que deposita en el suelo. Como es de
esperar, el perro va a comer del tazón pero como esos perros son un poco torpes
y tienen las orejas muy grandes, se las pisa al andar o las mete en el tazón y
batô las tiene que sacar con delicadeza. Pero, y esto es lo importante de esta
historia, cuando el perro va a comer empuja con el morro el tazón y este se
mueve unos centímetros hacia delante. Después encuentra el tazón y comienza a
zampar.
Otra imagen.
En El viaje de Chijiro, la niña protagonista
despierta sobresaltada. No recuerdo el motivo. Está trabajando en esa especie
de hotel para criaturas de… Bueno, para criaturas, dejémoslo ahí. Se incorpora
donde estaba recostada y busca las zapatillas. Cuando va a calzarse la
zapatilla está no entra limpia. No hace un ziiiip y se ajusta perfectamente, si
no que Chijiro primero hace un intento para que el pie entre, después mueve el
talón (flip, flop) tratando de que ajuste. Se ve que la zapatilla encaja bien.
Precisamente porque encaja bien no sobra espacio, hay que meter el pie un poco
a presión. Hay que forzar lo que ajusta bien para que acabe de pegarse a la
piel."
El resto del análisis de The Last Guardian, ser imperfecto, para Antihype en este enlace
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