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Tú no eres mi padre


De entre toda la basura de telerrealidad, el punto más elevado de chabacanería y desvergüenza ajena lo alcanzó «Tú no eres mi padre». Lo programaban en Neox, aunque tengo entendido que lo había producido MTV España. Tuvo una duración bastante limitada y como la audiencia respondió mal, decidieron cancelarlo. Pero la excusa de la audiencia resultó poco creíble para los analistas de televisión. En ¡Vaya tele! Ajustaron bien el punto de mira y acertaron en el diagnóstico: el programa presentaba un desajuste moral demasiado arriesgado. Amador Fernández Savater, en una de sus entradas de El Diario.es afirmó que «Tú no eres mi Padre» resulta  «un desencuentro en el habitar diario (…) La falta de reconocimiento en la cotidianeidad se desborda en un ejercicio de cinismo televisivo. Dopados de sí, mejor dejarse encerrar en un manicomio». En una sesión del Congreso fue tratada la polémica del programa s01e04. ¿Por qué tanta atención a un programa tan efímero y desconocido entre las grandes audiencias? ¿para qué darle bombo a algo así?

«Tú no eres mi padre» mezclaba la idea del extrañamiento de los participantes al introducirlos en contextos opacos con el coaching de última moda. Daba un giro a la idea de intercambio de familia bajo una óptica un tanto freudiana. Consistía en que un señor de unos cincuenta años conviviese con un adolescente durante unos meses. El señor debía estar separado (o viudo) y el joven ser huérfano (o de padres separados). De este modo ambos debía aprender «a superar las dificultades propias de su condición» (sic. de la cabecera del programa). Si esto les resulta problemático, esperen a saber lo siguiente. Como la TV se conforma solo si damos un paso más en la depravación, los participantes respondían a arquetipos contrapuestos, de tal modo que la dificultad en la convivencia se agravase. Así justificaban el nombre: como una muletilla involuntaria el tú no eres mi padre, siempre acababa por salir. En el programa pudimos ver casos como el de un abogado de la extrema derecha y un chico inmigrante subsahariano (muy de actualidad ahora; en ese momento tampoco se especificó de dónde era, solo que era subsahariano, como categoría así general); el típico paleta y un chico de barrio salamanca; el paranoide depresivo-destructivo y un exquisito joven obsesionado por el orden… y así.  Mucho grito, se pueden imaginar.

El programa estaba conducido por un ex-delincuente que se había sacado un doctorado en la cárcel. La tesis que presentó fue sobre un acercamiento postestructuralista a las mónadas de Leibniz. Tanta precisión me hizo sospechar que aquello era un invento. El tipo, cuyo nombre no recuerdo, solía intervenir para ayudar en la convivencia o calentar el ambiente, según. El estilo era el del típico del coaching, mucho whisful thinking y que la voluntad lo puede todo. Desde los nazis la cosa no cambió mucho, ¿verdad? A lo mejor lo inventaron todo, pero me van a permitir que lo dude: ni la voluntad lo puede todo ni que te digan que todo está en tus manos soluciona las cosas. Me reí mucho cuando uno de los chicos le dijo (así en inglés) easy motherfucker. Ese mismo chico protagonizó el escándalo del s01e04 donde se produjo un encuentro homosexual entre padre e hijo ficcional. Cuando se besaron en pantalla (y por primera y última vez) el chico le dijo: «tú no eres mi padre».  Brillante.

Aunque ese acontecimiento fue el más destacado, el chiringuito lo cierran con el s01e10. Después de nueve programas de autentico bochorno, solo redimidos en cierta parte por el amor entre ese hombre adulto CEO de una multinacional bancaria en decadencia y aquel chico de barrio humilde, el programa diez nunca llegó a antena. Saben ustedes que estos programas se suelen grabar en grandes bloques, editarse con cariño y dejarlos preparados en recámara hasta que dan luz verde para la emisión. Es decir, como están tan guionizados, no pueden ir al día. Pero, sorprendentemente para mí, «Tú no eres mi padre» carecía de guión. En efecto, alguna situación era forzada y se les obligaba a ciertas cosas para salpimentar el asunto, pero la sorpresa del S01e04 fue totalmente inesperada. Así fue. Posiblemente eso es lo que provocó tanto revuelo. Y esa falta de guión fue el motivo que provocó que el s01e10 no se emitiese.

Nada se supo del asunto y como era un programa bastante absurdo, hiriente e infravalorado, aquello pasó sin pena ni gloria. Hasta ahora. Debemos dar gracias a que vivimos en un mundo donde Internet ha sacado al ocioso que nos gustaría ser y de entre todos estos procrastinadores el nerd meticuloso y obsesivo es, posiblemente, uno de los mayores valores al alza (¡hola, wassup!). El usuario de youtube ZeroZeroDT, colgó un vídeo en el que afirmaba haber descubierto un easter egg en el DVD número cuatro de «Tú no eres mi padre». Si pulsabas una combinación adecuada de pulsaciones y números se disparaba un capítulo extra, precisamente, el capítulo perdido. Recibió bastantes críticas de otros usuarios pidiendo pruebas y, por otro lado, acusándole de mentiroso. ElPOLLONegativo, atacó con dureza a ZeroZeroDT con un vídeo en el que demostraba que mentía. Sin embargo, ZeroZeroDT decía la verdad. La edición DVD de «Tú no eres mi padre» contenía este easter egg en solo diez unidades. Por supuesto, esto era alguna broma macabra o mensaje-en-una-botella de alguno del programa: aún se está investigando.

El programa diez estaba a medio hacer. De hecho, toda la última parte eran extractos que se salían de la edición habitual: parecía que lo habían pegado solo para dar testimonio de lo que había sucedido. Pese a todo esto, se dejaba bastante a la imaginación. Repitieron la fórmula de hombre con Chalet en la Moraleja y chico de barrio. Hubo una ligera variación en cuanto a que contraponían el estatus económico con el cultural: el joven era una promesa de la ciencia española –había publicado en Science y su nota de selectividad fue la segunda mejor del país –y el tipo adulto ni siquiera se había sacado la EGB: se había forrado mediante corruptelas por las que había sido procesado y, posteriormente, indultado. Hasta el minuto veinte, el programa se desarrollaba como siempre: mucho grito, portazos, incomprensión y promesas de que ambos aprenderían de la relación con un buen entrenamiento. Después vemos un plano del chalet después de anochecer y asistimos a una cena. El tiempo de edición se corresponde al real: no hay cortes. Ambos están cenando callados. Hay un silencio absoluto. El de sonido dice: Se está colando un ruido. Alguien dice: ¿qué ruido? Y se inicia una conversación entre el equipo casi en susurros sobre que el ruido. Parece que el productor se coloca los cascos y dice algo así como que parece una voz de mujer. A todo esto vemos como los dos participantes se comen una ensalada sin levantar la vista.

Hay un corte e intuimos que ha pasado bastante tiempo. Aparece un sujeto, que identificamos rápidamente con el encargado de sonido. Habla a cámara. Parafraseo las ideas que suelta en algo así como: se han ido todos a dormir y mi amigo Luis el cámara y yo estamos dando una vuelta a ver si descubrimos de dónde viene el ruido. Está claro que esto era una grabación para ellos. Salen al jardín del chalet: está lloviendo y no se ve nada de nada más allá de la luz de la antorcha de la cámara. Si subes el volumen a tope de la tele puedes escuchar como cae una lluvia fina y lo que parece una voz de mujer muy débil. Asusta un poco porque parece algo tipo «Cuarto Milenio». Los chicos del equipo del programa dan una vuelta completa a la casa. En un momento dado, el de sonido dice algo así como, aquí se oye algo, tío. Están en la parte de atrás, pero no se ve que haya algo de donde venga el ruido. El chaval comienza a girar como si buscase algo. Entre unas zarzas encuentra una plancha de metal. Está oxidada por la humedad y combada por el calor del verano. Se percata de que puede apartarla: hay una agujero y una escalera. Se produce otro corte.

Estamos ahora abajo. Ambos se han metido en el agujero y es ahora perfectamente audible unos gritos desgarradores. El agujero ha sido cavado de forma precaria y da la sensación de que se va a venir encima. El de sonido está muy asustado. Ninguno dice nada. La cámara muestra una puerta de metal cerrada con una especie de pasador muy grande. Los gritos vienen de allí. No cabe duda de que es una mujer. El de sonido dice algo así estúpido como si hay alguien. La voz desgarrada, como si le hubieran arranco alguna de las cuerdas vocales, le responde en un diálogo inaudible e incomprensible. El chico de sonido alarga la mano despacio hasta el cerrojo y lo descorre muy despacio. Le tiembla el cuerpo. Cuando abre la puerta oímos un fuerte golpe (una carrera, una caída, algo viscoso…) y la cámara gira justo para ver algo que se abalanza. Se va a negro y el programa concluye.

Si paramos la imagen justo al abrir la puerta (pues lo que ataca al cámara está demasiado borroso) se puede ver a una chica con el rostro destrozado, una auténtica máscara de dolor, a la que le falta una mano y la gran mayoría de los dientes, alzando la mirada hacia la luz. El gesto de sus labios es irregular y ambiguo. ¿Pide ayuda? ¿está horrorizada?, o peor ¿describe un extraño placer solo comprensible desde dentro de aquella locura de la que somos testigos?

El responsable del programa dijo en Publico.es que aquello era un montaje que se estaba investigando y puso a disposición de los interesados la grabación del programa diez, que no tenia nada que ver con el que aparece en el DVD. Es tan malo como el resto, poco más. A día de hoy se considera que es un fake lo que aparece en el DVD y así parece que es. Una maniobra comercial muy fina y estúpida. ZeroZeroDT ha dejado de publicar en Youtube y se piensa que fue una identidad falsa del programa. La chica encerrada ha sido identificada en algún foro como una actriz que hizo papeles episódicos en «El secreto de Puente Viejo» y «La que se avecina». Del chico de sonido se han dicho muchas barbaridades pero la más plausible le relaciona también con la actuación: hay imágenes suyas en un programa infantil («Cajón de Sastre»). Poco más quedaba por añadir. Las explicaciones más simples suelen ser las correctas. Hubiera sido más divertido que todo fuese una conspiración o un buen found footage, pero parece que todo era más cotidiano.

No me quito de la cabeza una cosa de ese vídeo. Cuando el chico de Science y el señor de las corruptelas discuten por cómo gestionar el asunto de la limpieza de la casa, aquel hombre calvo y corrupto miró al chico con ojos vidriosos y le dijo Tu no eres mi hijo. Es la primera y única vez que el discurso de negación sobre la situación familiar va del no-padre al no-hijo.


Sí, es una tontería, pero no se me va de la cabeza.

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